Construyendo un diálogo social para la transición justa en el norte de Colombia

Elles Van Ark, Directora de CNV Internationaal, señaló el impacto que tiene la transición energética sobre los trabajadores de sectores como el de la  minería de carbón, asegurando que para  lograr un proceso de  transición exitoso era necesario el componente de justicia social. En su intervención, se resaltó la importancia de la responsabilidad de actores internacionales, teniendo en cuenta los beneficios que han obtenido países como los de la Unión Europea de la extracción de carbón en Colombia. Asimismo, destacó la falta de responsabilidad empresarial y de diálogo por parte de las multinacionales.  

Además de los puntos señalados, la directora de CNV presentó al Observatorio laboral para la Transición Justa como un mecanismo de apoyo a los trabajadores que hoy componen el Colectivo de Trabajadores por la Transición Justa (link del colectivo).

Por su parte, el gobierno colombiano se pronunció  a través de la participación de Mauricio Rubiano, Director Nacional de Derechos Fundamentales en el Ministerio de Trabajo. En su intervención se destacó la agenda de empleabilidad por la alianza global para la cooperación y el desarrollo. La creación de empleos decentes, la inclusión, la rendición de cuentas y la apropiación democrática, que refiere al intercambio de información atendiendo la realidad del territorio, fueron los ejes desde donde se desarrolló este proyecto gubernamental. Sin embargo, tras la intervención de Igor Díaz, en representación al Colectivo de Trabajadores por la Transición Justa, fue claro que  para que haya una transición donde no se deje a nadie atrás, es necesaria una voluntad política por parte del gobierno para que los trabajadores se unan a una mesa de diálogo tripartita (gobierno colombiano, empleadores y  trabajadores).

“Ni el gobierno, ni las multinacionales mineras quieren que los trabajadores nos involucremos en los planes de transición, pero lo vamos a hacer porque nos estamos preparando con el Colectivo, articulándonos además con organizaciones internacionales que nos están apoyando” 

Desde la perspectiva del Colectivo, los cierres de minas deberían tener un plan de cierre progresivo y concertado a través  del diálogo con la comunidad donde se tenga en cuenta una perspectiva de género, mientras que la implementación de la economía verde al país no se debería hacer por medio de la tercerización laboral promovida como incentivo para empresarios extranjeros. 

Consecuente con esta postura, el Director de la Oficina de Países Andinos de la OIT, Italo Cardona, aseguró que los gobiernos debían integrar medidas claras frente a los cambios en el sector del trabajo que conlleva una transición. Para ello, subrayó las directrices de políticas para la transición planteadas por la OIT, donde acciones concretas en áreas de crecimiento sostenible y políticas industriales con protección social e inversión pública son el cimiento para llevar a cabo un proceso eficaz de transformación en la matriz energética. 

De la misma forma, la Ministra consejera de la embajada de Países Bajos, Caroline Ramaekers, mostró su apoyo hacia los trabajadores, recordando la experiencia de transición energética en Países Bajos durante los años 60. Igualmente,  impulsó a la continuación de iniciativas como la del Observatorio y la organización Sindical del Colectivo de Trabajadores. 

“En Holanda, la transición no fue fácil, fue un proceso desafiante para las familias que dependían del trabajo en las minas”

El compromiso empresarial también se hizo sentir con el Director de comunicación Corporativa y relaciones gubernamentales de la UNIPER, Michel Groenevel, quien confirmó el surgimiento de un proyecto llamado “Colombia más allá del carbón” que tiene como fin el fomentar la diversificación económica por medio del surgimiento de nuevos trabajos. 

Aunque aún el camino es incierto para que la transición energética sea justa en Colombia, esta reunión demostró que existe una disposición por construir un camino conjunto por parte de diferentes actores que se involucran en la cadena internacional del carbón. En este escenario, la opinión de los trabajadores no solo fue escuchada sino que  también fue  crucial para conocer la realidad que enfrenta la comunidad en el norte de Colombia.